Un día te piden que les leas un cuento, y al siguiente están aprendiendo a leer solos. Así de rápido crecen. Por eso, mis sesiones de fotografía infantil están pensadas para congelar ese “ahora” que dentro de poco será recuerdo.

No busco perfección. Busco verdad: sus expresiones, sus gestos, esa forma tan suya de mirar o reír. Creo sesiones cómodas, sin prisas ni exigencias, para que los niños se sientan libres y tú tengas imágenes auténticas, naturales y llenas de vida.

Puedes elegir entre estudio o exteriores, con opciones adaptadas a cada edad y presupuesto. Porque lo importante no es solo tener una foto bonita, sino guardar un pedacito de esta etapa… antes de que cambie.



¡Haz que los recuerdos duren para siempre!